Hotel Bakkara

A pesar de que Ucrania todavía no está del todo adaptado al turismo internacional, este hotel promete cubrir todas las expectativas que un viajero típico puede tener. En apariencia (y más por su ubicación, ya que se sitúa anclado a modo de barco en pleno río Dniéper con unas buenas vistas al Kiev más verdoso) puede que resulte un hotel caro para cualquier visitante medio. Aunque sí lo sea para un ciudadano típico ucraniano (la devaluación de la grivna se sitúa a años luz del euro), no lo es en absoluto para, en este caso, una pareja española de clase media, por lo que podrás disfrutar de una bonita habitación con vistas al río y terraza por un precio bastante razonable. Además, las imágenes de su web no engañan, por lo que son totalmente realistas. Además, el servicio, atento y amable, trabaja para que todo esté según el gusto del cliente. El primer día de llegada, de hecho, nos recogieron y nos llevaron la maleta, cosa que no pasaba en ningún hotel madrileño o barcelonés de 4 estrellas. Siempre se recomienda dar una propina al chico que se dispone a ello, o al menos, eso espera. En cuanto al salón, muy bonito y ambientado. Nosotros, además, recomendamos desayunar en la terraza que da al río, un lujo que no habría que perderse. Si tuviera que poner un "pero", quizás sería que en nuestro baño (más bien pequeño) no había ducha, sino más bien una cortina con grifo que lo separaba del retrete. De todas formas, esto en ningún momento supuso un problema, ya que la limpieza y la comodidad eran impecables. En definitiva, un hotel que forma parte del atractivo turístico de la ciudad de Kiev.