Pension Miami

Reservamos este pequeño hotel a través de una web por su precio y su céntrica ubicación, a un paso de prácticamente todo el casco histórico-monumental de Barcelona. Aunque a priori por su precio y algunas opiniones ibamos con algún recelo nos sentimos muy cómodos durante nuestra estancia. Cercano a Plaza Cataluña donde nos dejó el transporte desde el aeropuerto, andamos con nuestras maletas, principalmente por calles y plazas peatonales, hasta su puerta un poco escondida. La recepción tenía un aspecto antiguo y decrépito, con la puerta cerrada por seguridad, solo abierta desde interior por el personal de consejería. Como llegamos muy pronto nos permitieron que dejáramos las maletas en una pequeña habitación cerrada hasta la hora de formalizar la entrada en el mismo. Observamos al fondo de recepción albañiles y láminas de pladur. Así que tras dar una larga vuelta esa primera mañana por Barcelona, sorprendiéndonos en pocos minutos en Las Ramblas, se nos asignó una habitación a la que llegamos a través del pequeño ascensor. La habitación doble tenía climatización y aseo propio. En nuestra planta solo habia otras tres habitaciones. Teniamos una sola ventana cerrada por una cortina y una persiana de madera que daba a una calle peatonal sin vida, es decir que no sufrimos de ruidos a la hora del sueño. La cama era cómoda. No disponía de armario ni de escritorio, sino de unas lejas y una barra con perchas en una esquina donde poder colgar y dejar el equipaje. El aseo tenia todo el frontal hacia la habitación con un cristal esmerilado, compuesto de un water, un lavabo y una ducha poco práctica aunque moderna, sin plato de ducha sino sobre losa de piedra con caida hacia unas líneas de sumidero y sin mampara, solo una cortina de ducha insuficiente que hacia que cada que nos duchábamos el suelo quedara alrededor salpicado y mojada. Disponiamos de toallas y de sobres con champú y pastillas de jabón individuales. El agua surgía con buena presión y temperatura y tenía la opción de chorros de hidromasaje. También teniamos televisión en una esquina colgada de la pared pero no se nos ocurrió usarla durante nuestra estancia. Completaba la habitación una mesilla de noche y no se por qué razón una cama individual extra que tampoco necesitamos. La zona alrededor de Pensión Miami es muy viva, con facilidad para encontrar cafeterías para desayuno y bares y restaurantes para cenar. Aunque nuestro avión salía tarde nos dejaron usar el último día la habitación para guardar el equipaje que usamos la primera mañana. Durante los días que nos alojamos, la limpieza y orden que disfrutamos fue muy agradable. La habitación al volver siempre límpia y ordenada, con las camas hechas y las toallas renovadas. Quedamos muy contentos del trato y de los servicios que recibimos. Es un sitio recomendable