Elveseter Hotell

Se trata de un hotel rural situado en plena región de los fiordos en el que las habitaciones son pequeñas casitas de madera. En la casita de la recepción y restaurante tienen un pequeño museo con muchas cosas curiosas y una decoración elegante y llamativa. También tiene una piscina climatizada, un monolito que compraron a Oslo porque en Oslo decidieron que no era apropiado (no se porqué)... Y está tan en plena naturaleza que hemos visto conejos comiendo al lado de nuestras habitaciones. La única pega es que las habitaciones no tienen televisión, pero, teniendo en cuenta que en todos los hoteles noruegos que hemos visitado lo único que podíamos entender era la BBC porque el resto de canales estaban en noruego, tampoco la hemos echado de menos. Si no estuviese tan lejos, volvería a pasar un fin de semana de vez en cuando.