Hotel Casa Khaldi

Tengo que agradecer especialmente al recepcionista que habla español, no recuerdo el nombre, sé que era con B. Lo que sí sé es que su hermano es taxista y se llama Hassan, pues fue quien nos llevó de regreso a Tanger para tomar el ferry. Este joven del hotel, el hermano de Hassan, nos resolvió cuanta inquietud tuvimos, y lo hizo siempre con una sonrisa y una predisposición increibles. El hotel está muy bien situado, a unas pocas cuadras de la entrada a la medina. Las condiciones de la habitación no coincidieron con la página por medio de la cual la reservé, pero el joven B nos resolvió todo muy bien. Lo único que no pudo resolverme nadie es que el hotel no cuenta con secador de pelo. Este detalle puede ser trivial para la mayoría, pero para mi no. En primer lugar, porque era el único hotel de todos los países que visité donde no había, y en segundo lugar, yo tengo el cabello largo y teniendo en cuenta que en marzo hizo mucho frío en Marruecos (máxime en la montaña) era indispensable ese electrodoméstico para mí. De todos modos, me sequé el cabello en la estufa que el joven B tan amablemente nos consiguió. Fuera de ese detalle menor, es un buen hotel, muy silencioso (primer piso, habitación "Dárdara"). Si suben a la terraza, se quedarán a vivir allí. Tuvimos la suerte de que cada vez que subíamos no había nadie y desayunábamos y merendábamos con esa impresionante vista de las montañas de África, escuchando el llamado a orar y viendo las más increíbles puestas de sol. Muchas gracias, B, por tu atención. Tu hermano Hassan nos llevó a Tánger en un viaje hermoso, fuimos super seguros con él, mirando por última vez esos paisajes imborrables.