Name: Tamahan
Address: 477 Shimogawara-machi, Kioto, Kioto, Kioto, 605-0825�, Japón
Rating: 8

Aire acondicionado

General

Habitaciones para no fumadores

Refrigerador

Secador

Habitaciones

Cocina

Horno de microondas

Comidas

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Itami Airport

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1-bedroom

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smoking

sauna

duplex

safe

mini-bar

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wi-fi

kitchen

Desde que llegas es una experiencia nueva....la habitacion tiene eso japones que uno espera.
La nuestra era la mas grande, donde teniamos el comedor, todo bajito...sillas en el suelo, tipo almohadon con respaldo y la mesa bien bajita. Hay que acostumbrarse...duele un poco la espalda el primer dia....pero despues te adaptas.....vale la pena. El dormitorio muy amplio con las camas tipicas de ellos de varios colchones. Un baño completicimo, con ducha, inodoro automatico Toto, y todo lo necesario .
Un balcon pasillo, que da a un jardin privado increible, con fuentes de agua, estatuas y una vegetacion hermosa
El alojamiento incluye desayuno, merienda y cena. Podes la opcion europea en el desayuno o la japonesa. Va en gustos. Y la cena es tipica de ellos...tambien depende del gusto. A mi me encanto. Recomiendo si vas a Kyoto alojarte en Tamahan

Ryokan, Posada japonesa....la mejor experiencia

Quedarse en una hostería tradicional japonesa (ryokan) es una experiencia extraordinaria- un viaje a una diferente manera de pensar, ver y apreciar la vida. El Tamahan fue mi introducción y fue maravillosa. La hostería es vieja, de madera, maravillosamente mantenida, en un hermoso barrio de Kioto con calles de adoquines. Las habitaciones son funcionales de la manera más artística - ventanas teñidas corredizas, futons doblados y guardados en un armario hondo, pequeñas cerámicas antiguas y cuadros, suelos de parqué calentados y, mis favoritas, bañeras de cedro llenas de agua caliente. El personal es un encanto (pero no bilingüe, aunque encontrarás que eso no importa mucho). Y la comida es el tesoro final. Servida deliciosa en platos bellísimos, en tu propia habitación. Una cena de cinco estrellas cada noche. Una experiencia que no se debe de perder. De una persona que ha viajado extensamente fuera de los Estados Unidos, este hotel es uno de los mejores. ¡Vete- Haz- Disfruta!


Una experiencia extraordinaria

Nos quedamos en el Tamahan al final de nuestra estancia en Kioto, habiendonos alojado en el Westin Miyako y el ANA Kyoto antes de venir al Tamahan. Esos hoteles modernos eran bastante agradables y cómodos pero eran hoteles, es decir, eran primariamente un lugar donde dormir. El Tamahan proporciona un lugar donde dormir, pero, más que eso, fue una experiencia. No tendrás ese tipo de intimidad impersonal que recibes en un hotel grande. Pero encontrarás un ambiente íntimo, un personal muy placentero y comida excelente. También tendrás la oportunidad de empaparte en un baño japonés y dormir sobre el suelo en un futón. Aunque he hecho todas estas cosas mientras vivía en Japón hace 20 años, era un encanto poder hacerlo de nuevo (aunque encontré difícil levantarme después de sentarme en el suelo, después de un difícil día dando vueltas por la ciudad, ¡era más difícil de lo que recordaba!) La ubicación es estupenda. Lo recomiendo sumamente a cualquier persona que quiera experimentar un hotel tradicional en Japón. El precio, aunque alto, no era exorbitante debido a la calidad de la comida y los otros toques.


Vale la pena el derroche

Nos trasladamos una noche al Tamahan porque el Granvia estaba lleno. Si de verdad son así las casas de huéspedes japonesas, ¡no te la puedes perder!

Como me preocupaba un poco comer sentado en el suelo, había solicitado una mesa y sillas, al estilo occidental. No tenía de qué haberme preocupado. Todas las habitaciones tienen. Parecía que el Tamahan estaba lleno de occidentales; los dueños estaban más que dispuestos a enseñarnos cómo funcionaba el “estilo de vida tradicional japonés”.

Nuestra habitación consistía en una zona independiente de dormitorio, separada de la zona de comedor. Tenía cuarto de baño y aseo separado y un largo pasillo con una chaise longue, desde la que se veía el jardín. El ritual del baño era toda una experiencia. Primero, te tienes que duchar. Después, te sumerges en una profunda bañera, donde te tienes que sentar con las piernas cruzadas. La cabeza debe quedar por encima del nivel del agua.

La experiencia más memorable fue sin duda la cena. Cada pocos minutos llegaba un plato diferente. A algunas personas les aburre lo parecidos que son los platos japoneses, pero en el Tamahan nos ofrecieron un plato de langosta a la parrilla; por no hablar de la gran variedad de platos de pescado –crudos y cocinados-, verduras y deliciosas sopas. Acompañado todo esto de 3 ó 4 jarritas de sake caliente, sentimos que nos trataban como a la realeza.

Durante la cena, prepararon los colchones en la otra habitación. Colocaron futones y sábanas limpias y recién planchadas, con sus edredones correspondientes. Nos dormimos con una sensación de felicidad vital y dormimos realmente bien.

El Granvia estuvo fenomenal, pero la experiencia en el Tamahan hizo de nuestra visita a Kioto una auténtica experiencia vital.

Tamahan

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Conditions of accommodation

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