Federico II Palace Hotel

Los accesos son algo complicados, ya que está fuera del término de Enna, de la Bassa, pero como no podía ser de otra manera lo compensa con mucha zona de aparcamiento y unas buenas de instalaciones que incluyen salas de reunión, piscina, et. Si la habitación da a la ciudad, desde la ventana se puede ver una magnífica panorámica de la parte alta de Enna, con el castillo, Duomo y algunas torres, aparte de casas a varias alturas. Desde fuera ya se nota que es un buen hotel, que no decepciona ni el vestíbulo ni la recepción , cuyo personal es atento y eficaz. Buenos, eficaces y amplios son los ascensores y tiene unos pasillos bien ordenados y amplios. La habitación es grande, de hecho tienen un vestidor con armarios y puerta. Y, en la habitación propiamente dicha, hay suficiente espacio para una buena distribución del mobiliario clásico, que incluye una mesa y una mesita con sillones, además de dos butacones al pie de la cama. Todo ello deja mucho espacio para desenvolverse sin tocar mueble alguno. La cama grande y, al igual que las almohadas, cómodas, que te invitan a dormir bien. La iluminación de la habitación, aunque clásica, era adecuada a su tamaño. La wifi funcionaba bien, sin ser una maravilla, y la televisión era bastante grande y llena de canales italianos y unos cuanto extranjeros. El cuarto de baño era apropiado al resto de la habitación: bien ordenado, buena ducha y buena grifería, lo que era muy agradable y es que todo funcionaba bien. El desayuno está acorde a la categoría del hotel, nada que objetar, pero había una cierta falta de camareros.