The Blarney Stone Guesthouse

Hotel boutique en una casa de estilo Victoriano. Ya al llegar y ver el frente, se presenta como lo que se ofrece superando las expectativas generadas. Impecable en todos los aspectos. Ambientes cuidados, limpísimos, con decoración exquisita. Lámparas de cristal que se destacan por su belleza. Estufa/hogar con marmoles, adornos de gran calidad que impresionan por su belleza. La atención de Angela es correctisima. Habitación algo pequeña, pero suficiente. Igual de perfecta, limpia, cálida, adornada sin estridencias. La cama y almohadas, excelentes. El baño, normal igual de impecable. Los enseres, basico y normal. El desayuno, exquisito, variado, productos frescos. Los platos calientes, preparados en el momento. Desayuno Irlandes perfecto. El internet, gratis, malo, se corta a cada rato. Se aparca al frente o fondo sin cargo extra. La ubicación es muy buena, cerca del centro y de lugares de interés. Se tarda unos 6 minutos caminando. A tener en cuenta: a las habitaciones se accede por escaleras y si se debe subir con maletas pesadas y hasta el tercer piso como nos tocó a nosotros, se torna incómodo. Claro, el hotel es tan lindo que esto se disimula.