Semantron Traditional Village

Pasamos una noche en este maravilloso hotel en medio del campo y al lado de las montañas situado cerca de la localidad de Diakofko. Es un complejo de edificios de piedra, estilo tradicional griego. El hotel esta en una finca cerca de un pueblecito donde hay una playa de piedra pero muy bonita con agua transparente. La distancia a la playa serán 300 metros o así y es fácil ir, además en el hotel te dejan bicis gratis y sino andando. También esta a pocos kilómetros del pueblo de Diakofko de donde sale un tren turístico hasta Kalavryta por desfiladeros que merece la pena cogerlo y disfrutar del maravilloso paisaje. Todo el hotel es fantástico, como dije son varios edificios de piedra de 2 plantas, uno es la recepción, en otro el bonito restaurante, en otro la cafetería y el resto habitaciones… y entre ellos una piscina rodeada de césped con hamacas que invita al relax absoluto. La habitación era muy grande, la numero 64, tenía como un hall/saloncito con un baño pequeño, pero completo y luego la habitación con cama de 1,80 y con otro baño, lo cual es genial disponer de 2 baños. La cama muy cómoda, la decoración muy calida y agradable y en la habitación había de todo e incluía zapatillas, albornoz, secador y varios complementos de baño. También había varias almohadas. Desde la habitación había unas vistas preciosas de las montañas de la zona y por la noche el silencio era absoluto, así como las contraventanas no dejaban pasar la luz. Cenamos en el restaurante del hotel y hay que decir que la cena fue fantástica, merece la pena. No era muy caro, todo muy rico. El desayuno estaba bien, pero es lo que menos bueno me pareció del hotel, después de la cena esperábamos más, aunque es abundante y variado. Por finalizar, el servicio también muy bueno, te ayudaban en todo, muy simpáticos y atentos. Sin duda repetiría en este hotel si vuelvo a la zona, de hecho, intentaría pasar más de un día alojado, porque nos quedamos con ganas de más, es una zona desconocida y que tiene mucho que ver.