L'Orky-Mel

Si bien llegar a Orky-Mel no es tan fácil como estar alojados en el centro de una ciudad, la experiencia fue, finalmente, muy satisfactoria. Porque la habitación era espaciosa, bien equipada (wi-fi, tv, nevera, microondas, aire acondicionado...) y decorada con gusto. Porque los anfitriones son encantadores, dispuestos a hacerte la estancia agradable: cenamos los dos días con ellos y a pesar de nuestro pobre francés y de que ellos no hablaban español pudimos entendernos bastante bien (la primera noche nos ayudó en esa comunicación una agradable familia suiza que compartió mesa con nosotros). Porque Christine cocina muy bien y el menú fue sabroso, equilibrado y con una relación calidad-precio muy correcta. Porque aunque llegar al establecimiento la primera vez es algo enrevesado, las posibilidades para explorar parte del sur de la isla desde allí son buenas. Por ejemplo, si deseas visitar La cité du Volcan en la Plaine des Cafres, o el paso de Bellecombe, o acceder al Piton de la Fournaise en una excursión nocturna; pero cuidado, no penséis que en esta zona los kilómetros se hacen tan rápido, las carreteras, aunque buenas, son reviradas y no disponen de demasiados carriles de adelantamiento por lo que conviene programar bien qué se quiere hacer. Además, Orky-Mel dispone de piscina, aunque nosotros no la disfrutamos porque la temperatura aquellos días no invitaba a darse un chapuzón.