Villa Amfora

Elegimos este aparthotel croata en Komarna (entre Opuzen y Klek) por su estratégica situación, a medio camino entre Split y Dubrovnik, y muy cómodo para visitar la isla de Korčula, la península de Peljesac y la isla de Mljet, el enclave fronterizo con Bosnia i Hercegovina (el paso de Neum, donde no recomiendo parar ni a tomar un café por el tosco y desagradable trato que dispensan los bosnios al turista en general) y por su temperatura agradable. Nos encontramos con un rincón maravilloso del Adriático croata, con playa privada (de cemento y guijarros) y paseo peatonal delicioso a pie de apartamento, tumbonas a disposición de los huéspedes, vistazas desde la terraza, amabilidad destacable de la propietaria (solicitamos un check in a las 21h y llegamos con retraso de dos horas sin que perdiera la sonrisa y nos tranquilizase durante las pertinentes llamadas que nos hicimos de camino, preocupada por qué cenaríamos, no se puede pedir más), y un apartamento completamente equipado para cinco personas por 772HRK/103€ al día, limpio, con aire acondicionado, calefactor en el baño, ducha hidromasaje, dos habitaciones con camas amplias y comfortables, TV, micro, calientaleches, WiFi y parking gratuito. Hay una piscina pequeña cubierta y está bajando los escalones que dan a la playa, pero es una mezcla extraña de bar de malotes donde un billar y la minipiscina comparten estancia, y el ambiente es bastante hostil a priori. A posteriori, nos pareció hasta normal. A los que os gusten salir a correr tempranito por la mañana, os recomiendo que lo hagáis antes de las ocho y media, pues el calor aprieta ya desde esa hora. El camino que lleva a la playa pública en las afueras del núcleo rodea las obras del nuevo puente en construcción a Peljesac y Korčula, y se convierte en una ruta de trail+running ideal para correr una hora si lo combinamos con el vacío paseo marítimo privado de Komarna a esas horas. Repetiremos experiencia en Villa Bili en cuanto nos sea posible. Una maravilla. Highly recommended.